Soy un obrero del S XXI. Con mi formación el siglo pasado sería un ingeniero, pero ahora debido al avance de la penetración de la red y la posibilidad de estar siempre conectado soy un oficinista del siglo XXI. Cual es la diferencia que noto más relevante a nivel profesional entre un siglo y otro; pues que siempre puedo estar trabajando, os acordáis del famoso slogan de Martini, «donde estés y a la hora que estés», pues ahora igual sólo que cambiando el vaso con cubitos de hielo por un portátil. Por contrapartida, cuando estoy físicamente en mi trabajo, puedo estar resolviendo mis asuntos personales, revisando mi cuenta bancaria, reservando un hotel para el fin de semana … y en cualquier caso siempre puedo tomarme un respiro, y pasar a mi faceta de ocio, leerme la crónica del ultimo partido que no vi e incluso visualizar los goles a través de Internet. Y en las pautas y costumbres no encuentro gran diferencia entre un ingeniero, un publicista, un representante, un gestor de una cadena de ultramarinos, etc.…
La clásica distinción, que aprendí en algún momento cuando era estudiante de, ocho horas de trabajo, ocho horas personales-ocio, más ocho horas de sueño, ¿Sigue siendo valida?. En mi caso al menos las ocho horas de sueño se han acortado, y las otras dos se han mezclado y no están relacionadas con la ubicación; el edificio de trabajo, mi casa, o la sala de cine. ¿Qué no? En la última película que estuve vi como un compañero de la fila de butacas recibía un mail en su fashion blackberry y tenía que salir de la sala a engancharse a la sociedad de la información y el conocimiento. Me sonreí, aun o estoy tan conectado, o aun compartimento mis momentos mejor, o igual soy más ordenado, en cualquier caso me sonreí. En el cine con la luz apagada todos somos iguales, no se nos ve la nómina, y al menos a mí no me había sonado el móvil.
Cómo hemos llegado a esta situación. Leí que la reducción de las horas de sueño, estaba al principio ligada a la aparición de la electricidad, y algo de verdad tiene que ser. Me cuentan que mis abuelos madrugaban para poder salir al alba y aprovechar las horas de luz en el campo, y me imagino que en aquella época sin luz eléctrica, ergo sin posibilidad de poder leer cómodamente, sin Internet ni televisión ni radio pocas excusas podían haber para no ir a la cama. Luego reflexionando sobre este tema, recuerdo a mi abuelo intentando enseñarme el nombre y la ubicación de las estrellas, y es que claro, en aquella época había estrellas. Mis abuelos, muy longevos ellos nacieron en el siglo XIX. Al parecer la aparición de la luz eléctrica rompió con la tiranía de los ciclos de día y noche. Tan sólo hubo un fallo, los días seguían teniendo 24 horas.
En cuanto a la separación entre el trabajo y el ocio es algo más sutil, más sibilino, y más generalizado de lo que pensaba. Muchas veces hecho de menos mi época de estudiante, hoy voy estudiar matemáticas y luego si me da tiempo, empiezo con la química. Qué tiempos, O tempora o mores. Ahora empiezo un presentación power point y puedo recibir centenares de estímulos que me hagan cambiar de tarea. Antes de la burbuja, el principal elemento desordenador era el mail. Estaba en un proyecto en el que recibía unos 100 mail diarios, echando cuentas a una media de tres minutos por mail 5 horas. Me había convertido en un gestor de correo. De aquella época viene mi costumbre de leer el correo sólo de hora en hora. Pero no fue suficiente, llegó el móvil. En cualquier tarea podías recibir una interrupción vía móvil. Con lo que empecé ya definitivamente a trabajar en modo multitarea, estoy haciendo A, pero me interrumpen, empiezo a resolver B, me interrumpen paso a C, vuelvo a B y acabo con A. De estudiante era A, B y C. Justo al contrario, quizá porque era dueño de mi tiempo y ahora mi tiempo es compartido.
Y sin embargo, no cabe duda que la productividad ha aumentado. El acceso a cualquier información es inmediato y no esta relacionado con ningún lugar físico, está en la red. Si hay un problema, podemos contactar con la persona, organización que lo resuelve, y tampoco está en un lugar físico, están en red. Todos y todo es digital. Este es el blog del Yo Digital. Para hacer honor a este post, que no se si es de trabajo o de ocio, lo he hecho mientras desayunaba, que es ocio y necesidad y no trabajo.
Tan sólo me cabe otras dudas, ya que no soy ni más listo ni sabio que mis abuelos, ¿Soy más feliz?
Y otra, Einstein podría haber desarrollado la teoría de la relatividad en su oficina de patentes si hubiese existido el mail y los móviles. ¿La hubiese presentado en un Power Point?