Seamos realistas, pidamos lo imposible. (Mayo del 68).
El olfato es el único sentido que posee un control directo sobre nuestras emociones a través del sistema límbico, después alcanza la conciencia a su paso por la corteza cerebral. Esto es debido a que las prolongaciones nerviosas de las células olfativas se conectan directamente al hipotálamo y sistema límbico, regiones cerebrales responsables de las emociones, sentimientos, instintos, también de los contenidos de la memoria y responsables en la regulación y liberación de hormonas. Posteriormente alcanza la corteza cerebral y se torna consciente.
Seguramente cuando el hombre empezó a pintar en su cueva rupestre no se imaginaba los relatos que podría plasmar sobre un papel, las emociones que podría transmitir. Ahora, a través de la red, tenemos la herramienta multimedia más avanzada que podíamos haber imaginado. Aunamos, letra, imágenes, sonidos, todas nuestras capacidades sensoriales. Todas menos la olfativa, que quizás sea la más emocional y primitiva. Y quién nos lo prohíbe.
Cada vez que guardo un recuerdo en mi yo digital intento asociarlo al contexto, puesto que a la hora de recordarlo, dentro de varios años, seguramente lo buscaré por las emociones asociadas al mismo. Todos recordamos que hacíamos el 11 S, debido a la emoción que recibimos. Es más, probablemente pueda olvidar los detalles del gol de Iniesta en el mundial del dos mil y pico, (no recordaré exactamente el año) pero jamás olvidaré el chorro de hormonas y la alegría que me produjo. Cuando camino por el campo húmedo en los días de otoño me suelo acordar de mi abuelo, y no es por otra cosa que por el olor peculiar. Además la asociación de ideas es instintiva, no puedo hacer nada por evitarla. ¿No os sucede con algún recuerdo en particular a todos? Al parecer la primera vez que conocemos un olor este queda grabado de forma permanente. Si la vivencia es agradable percibimos el olor como placentero y nos producirá aversión en caso contrario.
Además están las feromonas, ¿existen en la raza humana? Claro, a pesar de lo atrofiado que tenemos este sentido en comparación con el resto de mamíferos. Por ejemplo, Gerd Kobal, de la universidad de Erlangen, descubrió que las mujeres eran menos críticas con el sudor axilar masculino los días de ovulación. También durante el sueño reconocemos los olores. El olor de un cuerpo femenino induce sueños agradables entre varones. Etc, etc … Entonces para cuando unos sensores olfativos y unos bancos de memoria de olores en nuestros modernos dispositivos, tables, pc, smartphones y demás.
Como curiosidad para no menospreciar el poder del olfato, la primera carrera que ganamos (y en algunos casos única) la hicimos cuando éramos simplemente un espermatozoide. El esperma se guía prácticamente por el olfato y hasta ahora no nos ha ido mal.